martes, 20 de agosto de 2013

La ceguera es la enfermedad del nuevo siglo.


















Y como no estarlo
si no se puede andar con la cara
sonriente el día entero,
los momentos se suicidan delante de los ojos
y el resto espera que tenga unos ojos brillantes
de emociones inesperadas
por regalos que la vida supuestamente te da.
Indiferentes veo pasar a miles
a través de las ruedas del tren
en una mañana soleada de primavera
donde los silencios infernales
son interrumpidos por los niños del patio,
que van y vienen
como gotas en invierno.
La novedad no les permite
darse cuenta de lo que sucede
justamente al frente de sus narices,
aquello que no solo yo veo
sino muchos,
pero exactamente los que no son escuchados
o tachados de locos
alcohólicos, drogadictos
depresivos, ermitaños, condenados;
y la herida sangra,
sangra cada día su cuota
porque no puedo entrar a la burbuja de la ceguera,
me dan ganas de gritarles
y quebrar en mil pedazos ese cristal que los opaca
pero en realidad no sé si sería lo mejor,
porque no sé qué es lo mejor
si estar dentro y ser ciego
o estar fuera y sufrir por la crudeza.
Necesito un par de pastillas diarias
un poco de música
hacer el amor con un puma
y tener una buena dosis de sueño.
Y cómo no estar triste me pregunto
si soy capaz de ver la realidad
y no me gusta
y no me gusta
y definitiva y tajantemente NO ME GUSTA.



miércoles, 21 de diciembre de 2011

El origen del vómito


A veces pareciera ser

que es imposible escribir algo

que no venga directamente de las entrañas

específicamente de mis entrañas.

No concibo vomitar si no me provocan el vómito

y por lo tanto más que erizarme

debería dar las gracias

a todas las putas

que me introducen

sus dedos sudorosos en la boca

para causarme un reflujo inevitable

donde se me revuelven las tripas,

y saco el estómago por completo

al igual que un sapo enfermo

como si no hubiera otra forma

de quitar la hinchazón de mi colon

a pesar de que me intoxique con píldoras

de todos colores y tamaños

o que me embriague en su conjunción

con un buen licor

de cual sea su precio.

Definitivamente pareciera ser

que mi doctrina no es más que un pensamiento

un sentimiento barato

que cualquiera podría comprar

pero que aún así nadie lo compra.

jueves, 6 de octubre de 2011

Reflexiones de poesía

a mi amiga Karen Rosentreter



















Algunos dicen que la retórica tiene sus raíces en el intelecto,
yo digo que el verso libre
es el reflejo del alma y las entrañas,
¿quién tendrá la verdad?
no es una pregunta que deba responderse
sino que solo debe mirarse,
al igual que se mira
el paso de los hombres por la tierra,
si bien algunos dejan legados,
otros solo se quedan en disertaciones de colegio
otros solo en habladurías
y otros cuantos más en rumores de pasillo,
quizás nosotros no alcanzaremos a quedar
en "ninguna de las anteriores",
y seremos parte de esa trampita
de las pruebas del colegio.
Pero te vuelvo a preguntar
¿quién tendrá la verdad?
si mi vómito viene directamente de las entrañas,
directamente de la sinapsis
directamente de los latidos;
¿tendrán la verdad
los que escriben como "se debe"
los que escriben "bonito"
los que escriben "feo"
los que escriben "vulgar"
los que escriben
o a lo mejor los que no escriben?,
y vuelvo a insistir,
no lo sé
pero sí sé que gracias a ello
te escribí este texto
que aunque más que texto
es un reflujo.

jueves, 16 de junio de 2011


Es difícil ser feliz

Cuando nadie quiere que lo seas,

Todos esperando por tu muerte

Al lado de tu cadalso,

Alomejor después de muerta algo bueno

Puedes dejar,

O por lo menos,

Algo mejor que en vida.

Todos con sus cuchillos expectantes

Cual buitres en el desierto

Esperando que un ojo se te abra

Para arrancártelo de cuajo

Despedazarte como a un leproso

Arrancarte las vísceras

Cual carroñeros hambrientos

Como lobos sedientos,

Esperan cualquier caída

Para arrancarme una pierna.

La espera sigilosa

Detrás de un árbol

Se hace eterna,

y ya parece que fueran 2 años

en los que han tratado

de que me tropiece

y aún no lo logran.


Es difícil ser feliz

Cuando no estás en el lugar correcto

Cuando no estas en el lugar indicado

Cuando estás donde no te quieren

Cuando estás en el lugar de otro

Cuando todos desean tu evanescencia

Cuando todos quisieran que no fueras

Cuando nunca debiste ser

Cuando nunca debiste aparecer

Cuando nunca debiste ir

Comer

Visitar

Hablar

Dormir

Carretear

Respirar

Existir

En fin interrumpir

viernes, 6 de mayo de 2011

Homo hominis lupus



La policía lo busca

Lo busca por no saber leer

El chacal tras el chacal

Probándose se sacan los ojos

El más poderoso, sigiloso lo persigue

El más débil

Saca su bestialidad en su máximo esplendor

Come las entrañas de su vida y de su muerte

Se condena

Se rasguña

Se mitiga

Se acusa tras la botella

El otro quieto, espera

Lo busca

Lo huele

Lo mira

lo espera

lo agarra

se encuentran

se ladran

se hieren mancornados

lo insultan

lo apresan

lo violentan

lo masacran

lo escupen

le educan

le enseñan

le acogen

le muestran

lo hacen persona,

ahora sabe que es un chacal;

le duele

le sangra la herida

lo besan

lo abrazan

lo matan

lunes, 25 de abril de 2011

Hoy murió Gonzalo Rojas, he aquí uno de mis favoritos

El fornicio

Te besaré en la punta de las pestañas y en los pezones,
te turbulentamente besara,
mi vergonzosa, en esos muslos
de individua blanca, tacara esos pies
para otro vuelo más aire que ese aire
felino de tu fragancia, te dijera española
mía, francesa mía, inglesa, ragazza,
nórdica boreal, espuma
de la diáspora del Génesis... ¿Qué más
te dijera por dentro?
¿griega,
mi egipcia, romana
por el mármol?
¿fenicia,
cartaginesa, o loca, locamente andaluza
en el arco de morir
con todos los pétalos abiertos,
tensa
la cítara de Dios, en la danza
del fornicio?

Te oyera aullar,
te fuera mordiendo hasta las últimas
amapolas, mi posesa, te todavía
enloqueciera allí, en el frescor
ciego, te nadara
en la inmensidad
insaciable de la lascivia,
riera
frenético el frenesí con tus dientes, me
arrebatara el opio de tu piel hasta lo ebúrneo
de otra pureza, oyera cantar las esferas
estallantes como Pitágoras,
te lamiera,
te olfateara como el león
a su leona,
para el sol,
fálicamente mía,
¡te amara!


Gonzalo Rojas

lunes, 28 de febrero de 2011

Desde los ovarios


Refugiándome en un par de pastillas

Comiendo yerbas con tierra

Intentando pasar este infierno cálido y tempestuoso,

Me paso de una vereda a otra

En un sueño que no tiene formas,

En un acantilado sin sabores, sin colores, ni sinsentidos

Que me hagan caer al vacío sin darme cuenta

De la enorme cuenca que me sobrepasa.

Atormentada en una noche de tragos

Que no son míos

Basureando las letras de enfrente

Que no me pertenecen

Calmando las hormonas que realizan un golpe militar en mi cuerpo,

La seducción de un par de líneas las emboba por unos segundos

El negro se vuelve su referente

Y pienso en un cigarrillo apenas en el jardín

Para contemplar que estoy sola

Y no estas para molestarte,

Pero es mejor

Así lo prefiero

Porque es mejor tragar la culpa

Que estropearla en un par de palabras

Que más temprano que tarde resonarán en el cerebro.

Cansada, con un mal día a cuestas

Con la sombra de Tazarine acompañándome

Con un vaso de agua y unas pocas píldoras,

Demensiando un poco mi conciencia

Acordándome que existen las letras cortadas

Ensangrentadas y podridas

Que salen de mis dedos como fulgores pendencieros

Que buscan a su oponente en un papel

Delante de los ojos

Que van y vienen sin saber

Si huir o llegar.

Interrupciones de vida transforman el encéfalo

La hipófisis fluctúa maldiciones

En su plenitud

Y se apoderan de mis entrañas

Y me sumergen en un río que no llega nunca al mar.